CONSERVA DE SETAS
Las setas se suelen conservar de varias maneras, bien secas, en polvo, guisadas o en escabeche.
Setas secas: Un kilo de setas pequeñas
Se limpian las setas en seco, si hace falta se pelan. Se extienden sobre una tabla sin que se toquen, se cubren con un mosquitero y se dejan una semana en sitio seco y fresco.
Se comprueban de vez en cuando y si hay alguna pocha se retira. Una vez secas, se envasan en un bote de cristal, se cierra herméticamente y se guardan.
Hay quien les da diez minutos de horno a temperatura baja antes de guardarlas.
Setas en polvo: Un kilo de setas pequeñas.
Se preparan las setas secas. Una vez secas se pican a cuchillo, se hornean diez minutos y se pasan por el turmix, se muelen y se envasan en un bote de cristal cerrado herméticamente.
Setas en aceite: Un kilo de setas, aceite suficiente, sal y pimienta.
Se lavan las setas, se escurren, se secan con papel de cocina, si no sale bien la tierra se pelan. Se cortan en trozos medianos, se salpimientan y se confitan en aceite sin que llegue a hervir.
Se sacan, se escurren y se dejan enfriar las setas y el aceite. Se llevan a un bote de cristal, se añade el aceite de freírlas y más si es necesario hasta cubrir totalmente, se guardan en la nevera.
Setas guisadas: Un kilo de setas, dos cebollas, aceite, sal y pimienta.
Se limpian las setas, se lavan, se secan y se trocean. Se saltea la cebolla, cuando transparente, se añaden las setas, se salpimientan y se cocinan diez minutos.
Se dejan enfriar, se guardan en un “taper” y se conservan en el congelador.